Capital Calentana

EN LA MIRA...la columna

Martín Peñaloza Nicolás

AYOTZINAPA: UN DOLOR DE CABEZA GENERALIZADO

La esencia que sembraron en la escuela normal rural "Isidro Burgos" de Ayotzinapa, los maestros Lucio Cabañas Barrientos y Genaro Vázquez Rojas, hoy solo es un recuerdo, en aquellos maestros, que fueron sus alumnos y hoy, son verdaderos trabajadores de la educación, convirtiendo esta noble tarea, en el apostolado que ha engrandecido la vida de muchos.

Lo que hoy existe de esa escuela, es un grotesco bodrio, un aborto, un frankestein a la mexicana, que de escuela, solo se antoja para aceptarla, como, para delincuentes.

Según datos tomados de la red, Raúl Isidro Burgos Alanís, fue el segundo maestro de esta escuela. Maestro y poeta mexicano, cuyos restos descansan en esa escuela, donde por cierto, se ha de estar retorciendo de rabia, al ver lo que han hecho con lo que les heredó.

Hoy, a mas de 90 años de haber sido construida por el maestro Raúl, la fama de la institución, se da en sentido negativo y los desmanes de los "estudiantes", se han vuelto un dolor de cabeza, para gobierno y sociedad. Hoy 4 de febrero, fue uno de los mas significativos, donde estuvieron a punto de originar, una verdadera tragedia, de la que culparían al gobierno.

Tomaron la caseta de "Palo Blanco", como ya lo han hecho en varias ocasiones. Traían varios autobuses secuestrados, y arrojaron un trailer en marcha, contra unas casetas que funcionan como expendios de comida, mismas que a esa hora, tenían familias dentro, que después del impacto fallido, salieron despavoridos. ¿Quién va a pagar los daños al camión, que presente perdida toral?

En sus acciones, secuestran autobuses, los queman, vandalizan comercios, edificios públicos, secuestran camiones privados, secuestran vías de comunicación: no tienen límite a sus desequilibradas acciones delictivas. Su argumento: "nos faltan 43", los que por cierto, ni les importan, pues sus acciones demuestran lo contrario.

Una de las ideas centrales del maestro Isidro Burgos, era el respeto por los demás, la justicia, la democracia y preocupación por la comunidad. Esto, no se les ve por ningún lado a aquellos que usan esta escuela, como escudo y pretexto para cometer todo tipo de desmanes, ante la complacencia de las autoridades en turno: no hay poder humano que los detenga.

Pueden hacer lo que quieran; pero si los tocan con el pétalo de una rosa, son una damas, unas princesas, una niñas y lloriquean, acusando de maltrato y brutalidad policiaca. Obviamente, allí está, los Derechos Humanos, para solaparlos, asesorarlos e impedir la acción de la justicia.

Bueno, eso digo yo.